El Reloj pita que pita,
pronto despierto del sueño
con pijama por camisa
y unas mallas con remiendos.
De un salto me lanzo al día,
me guía un zurrón de sueños,
miles de ideas se agolpan
y se escurren por mis dedos.
Montones de hojas en blanco
esperan que llegue a tiempo,
las ideas van perdidas
y quieren llegar al verso.
Al llegar al escritorio
se agolpan a mi costado
ideas y cachivaches
junto a unas letras bailando.
Risueñas, en tropel,
van acudiendo a mi encuentro,
soy la mano que las une
entre aventuras y versos.
Y como una infinita hebra,
que forma parte de un sueño,
van hilándose unas a otras
para bailar con el viento.
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